Me toca volver al blog con noticias agridulces.
Ya habréis notado que no me he pasado mucho por aquí, y que apenas he conseguido pasarme por LinkedIn últimamente.
Y es que, por mucha ilusión que me había hecho contaros que tenía ganas de formar parte del viaje que está emprendiendo OPTIMA LAB, me ha tocado enfrentarme a mi realidad. Y la realidad es que ahora mismo no me da la vida para todo lo que querría hacer.
Como dice un sabio que conozco, la vida es asín.
Formar parte de la red de OPTIMA LAB supone un nivel compromiso con el que no estoy siendo capaz de cumplir. Al final y al cabo, a día de hoy, sigo teniendo un trabajo a jornada completa y una pila de proyectos personales. Y ya se sabe que, quien mucho abarca, poco aprieta. Está claro que este sigue siendo mi mayor pecado.
Así que, por ahora, no voy a seguir siendo parte de la red.
Diría que es una pena, pero no lo veo así. No me arrepiento de haberlo intentado, ni de haber tenido el privilegio de echar un vistazo desde dentro a los proyectos que se traen entre manos. José Miguel y Jordi son unos grandes mentores y estoy muy agradecida de haber podido contar con ellos (y pienso seguir haciéndolo mientras se dejen).
¿Significa esto que me bajo del carro de la efectividad personal? Para nada. En todo caso, creo que voy a retomarlo con más ganas.
Ser parte de una marca tan establecida como OPTIMA LAB es un privilegio, pero también una gran responsabilidad. Estar a la altura de ella era una preocupación constante detrás de cada publicación, de cada charla, de cada taller y mentoría.
Ahora que vuelvo a ser solo Irene no necesito darle tantas vueltas, y eso me quita un peso de encima.
Pienso seguir escribiendo, experimentando, creciendo y aprovechando cada ocasión que se presente para seguir aprendiendo, al ritmo que me pueda permitir en cada momento.
Al fin y al cabo, seguimos teniendo un propósito común, el de hacer llegar una forma de trabajar más efectiva y más humana a tantas personas como sea posible.
Así que, de momento, seguiremos avanzando por caminos paralelos.
Y quién sabe, quizá algún día estos puedan volver a juntarse.
Hola Irene, muchas gracias!
Había empezado escribiendo que ha sido un placer conocerte y blablabla, pero me he frenado. Porque en realidad el tiempo es aún presente. Es un placer conocerte. Porque estoy seguro de que vamos a movernos en un círculo muy cercano durante mucho tiempo.
Ya me gustaría haber estado donde estás a tu edad ;). Te queda todo un mundo por delante, y en estos momentos es cuando los horizontes superiores de GTD toman sentido. Viene bien, echarles un vistazo y balancear. No puede ser que tus responsabilidades entren en competencia. Más bien tienen que entrar en cadencia, que es lo que estás haciendo en estos momentos con las decisiones que estás tomando.
Ya sabes que puedes contar con nosotros. Nuestros caminos no son paralelos, son secantes.
Un abrazo,
Jordi
Me gustaMe gusta
Gracias por todo, Jordi, es un privilegio compartir círculo contigo 💛
Me gustaMe gusta
Hola, Irene:
Lo primero, muchas gracias por tus palabras. Lo segundo, darte mi enhorabuena.
Efectividad es hacer (bien) las cosas correctas y, en ocasiones —como esta, por ejemplo—, hacer las cosas correctas no es nada fácil. Tú lo sabes mejor que nadie.
Pero la vida cambia y lo que ayer tenía todo el sentido del mundo a lo mejor hoy ya no lo tiene. Las personas efectivas lo sabemos y por eso cambiamos. Y, gracias a ello, aprendemos.
Como dice Jordi, ya me hubiera gustado a mí estar con tu edad donde estás tú. Aprovéchalo.
En la red o fuera de ella, seguimos compartiendo propósito y camino. Lo importante es recorrerlo, el ritmo da igual.
Ya sabes dónde estamos para lo que necesites.
Un abrazo fuerte,
JM
Me gustaMe gusta
Gracias, José Miguel, valoro mucho tus palabras, y seguiré avanzando (aunque a veces toque hacerlo a trompicones) 💪
Me gustaLe gusta a 1 persona